lunes, 25 de noviembre de 2013

TRATAMIENTO DE LA XERESTOMIA

La xerostomía (también conocida como ‘boca seca’) es la sensación subjetiva de sequedad bucal, aunque también se puede referir a la sequedad bucal en pacientes con una secreción salival normal, especialmente en algunos cuadros depresivos y trastornos de ansiedad y estrés. Pese a que los síntomas son muy molestos, e incluso pueden llegar a perjudicar la calidad de vida de la persona que la padece, se puede encontrar una fácil solución una vez se detecte la causa que la ha provocado.
Existen tratamientos diferentes en función de la causa que provoque la xerostomía.
- Mejorar la hidratación y eliminar irritantes, absteniéndose de tomar bebidas alcohólicas y de fumar, cambiando la dieta a comidas suaves, tomando suplementos proteicos y vitamínicos, evitando comidas que puedan irritar zonas sensibles (ácidos, comidas picantes o calientes, etc.).
- Mantener una óptima higiene bucal y periodontal.
- Realizar revisiones periódicas con personal cualificado.
- Se puede llevar a cabo un tratamiento con sustitutos salivales como agua, leche o, más comúnmente, salivas artificiales. Los productos como saliva artificial se recomiendan cuando la secreción salival no se puede estimular, especialmente cuando no existe función glandular.
- Se pueden realizar tratamientos con estimulantes, hidratantes y humectantes salivales. El primero estimula el flujo y los otros palian los síntomas y ofrecen mejorar la calidad de vida del paciente que padece este problema, ya sea en forma de sustancias farmacológicas o agentes tópicos (enjuagues orales, dentífricos, geles, spray y comprimidos).
Recomendaciones
- Llevar a cabo una rigurosa higiene bucal diaria con productos específicos (evitar especialmente colutorios con alcohol).
- Mantener una adecuada ingesta de agua, beber frecuentemente pequeños sorbos a lo largo del día.
- Proteger los labios con algún humectante o protector labial para que no se resequen, aplicarlo regularmente ayuda a hidratar los tejidos.
- Evitar alimentos secos, pegajosos, picantes, ácidos, salados o a temperaturas extremas.
- Evitar productos irritantes como café, tabaco, bebidas alcohólicas y refrescos con cafeína.
- Consumir dietas no cariogénicas y evitar productos con azúcares refinados para prevenir la caries dental.
- Consumir preferentemente alimentos blandos tales como helados, flanes, yogures y zumos de fruta natural.
- Consumir quesos curados que aumenten la salivación y favorezcan la remineralización dental por su contenido en calcio y fosfato.
- Ingerir vegetales y frutas que contienen lecitinas que reducen la colonización de bacterias.
- Usar humidificadores de ambientes en la habitación, principalmente de noche, ayuda al alivio de la sequedad de la garganta y la lengua.
Evitar la xerostomía en la mayoría de los casos pasa por tener una cuidada higiene bucal y recibir un correcto asesoramiento.

martes, 19 de noviembre de 2013

LA SEDA DENTAL, TU MEJOR ALIADA

 
floss

La utilización de la seda y cinta dental es imprescindible para completar una limpieza bucal profunda y efectiva. Debemos pensar que nuestra boca es como una casa grande llena de habitaciones, en la que tenemos que limpiar el polvo de todos los rincones. Quizá no siempre nos apetece o tenemos tiempo pero constituye uno de los métodos más sencillos y eficaces a la hora de prevenir futuros problemas de dientes y encías, como las caries o la enfermedad periodontal.
El cepillo dental es el elemento clave para la limpieza de la cavidad bucal. Los espacios interproximales (entre diente y diente) requieren la adición de otros elementos de higiene para la limpieza de estas zonas ya que son de más difícil acceso. Si los espacios son estrechos, pueden limpiarse mediante el uso de seda o cinta dental, en el caso de espacios más anchos pueden utilizarse cepillos interproximales. Podemos finalizar la limpieza para que esta sea lo más completa mediante el uso de irrigadores bucales y colutorios.
Si al utilizar la seda o cinta dental aparece sangrado, a no ser que no se haya realizdo un mal uso de éste, ello es debido a que padecemos inflamación de las encías. No debemos dejar de utilizar la seda o cinta dental sino al contrario, continuar haciéndolo ya que el sangrado es signo de que tenemos biofilm oral (placa bacteriana) que se debe eliminar. Con el uso habitual de la seda o cinta dental, iremos eliminando las bacterias y con ello el sangrado irá desapareciendo.
Vale la pena incorporar este sencillo gesto de limpieza a nuestra rutina diaria y disfrutar así de una boca más sana. No olvidemos que, el año pasado, el Consejo General de Colegios de Odontólogos y Estomatólogos de España presentaba los resultados de un estudio que reflejaba que un tercio de los entrevistados (adolescentes y adultos) se cepilla los dientes sólo una vez al día, y casi un seis por ciento admitía que no lo hace nunca, porcentaje que aumentaba significativamente entre las personas mayores de 65 años. Unos datos sin duda preocupantes y que perjudican seriamente nuestra salud bucal.

¿Cómo usamos la seda o cinta dental?Recomendamos 3 sencillos pasos para una correcta utilización de la seda dental:
1.  Enrolla unos 40-45 centímetros de seda o cinta dental alrededor del dedo corazón de una mano y con el dedo corazón de la otra se va recogiendo la seda utilizada. Presiona con los dedos pulgar e índice, dejando 2 ó 3 centímetros de largo entre uno y otro dedo.
2. Mantén estirada de 2 a 3 centímetros la seda dental entre los dedos y guíala con suavidad entre los dientes con un movimiento de “sierra”.
3. Desliza la seda alrededor de cada diente. Pasa la seda hasta la encía y 1-2 mm por debajo de la encía, deslizándola hacia atrás y hacia delante, hacia arriba y hacia abajo. Retira la seda o cinta con un movimiento de atrás hacia delante.

STETIDENT BOADILLA

lunes, 18 de noviembre de 2013

LA HIGIENE BUCAL PASO A PASO
 
 
 
La higiene es una de las principales formas de preservar nuestra salud. Dentro de la higiene diaria no debemos olvidar el cuidado de nuestra boca durante todas las etapas de la vida, ya que la falta de ésta podría acarrear múltiples enfermedades.

Alrededor de los seis meses, cuando aparecen los primeros dientes, es conveniente empezar a cuidarlos. Después de la toma del biberón o toma de alimentos, es conveniente el uso de una gasa húmeda para limpiar la boca del bebé, presentando especial atención también a las encías. Es recomendable visitar al odontopediatra para comprobar el desarrollo correcto de la dentición.

Es responsabilidad de los padres, junto con la orientación profesional del odontopediatra, crear unos buenos hábitos de higiene oral en los niños. Es importante seleccionar un cepillo dental adecuado con filamentos suaves para realizar una limpieza eficaz de los dientes y las encías. Así mismo, la selección de la pasta o gel dentífrico debe ir acompañado del consejo profesional. En la mayoría de los casos se recomienda el flúor (fortalecedor del esmalte dental), que debe ser administrado de manera responsable según la edad del niño. El uso de enjuagues bucales puede ser utilizado cuando el niño adquiere habilidades para escupir y no tragarse el líquido.

En la adolescencia, conforme va cambiando las dimensiones de la cavidad oral, es conveniente cambiar el cepillo de dientes y la pasta dentífrica infantil por productos para adultos. En la etapa adulta deben mantenerse de por vida los hábitos de higiene bucal adquiridos, junto con las revisiones periódicas del dentista. 


PROBLEMÁTICAS ASOCIADAS

La cavidad oral presenta un ecosistema altamente diverso, con hasta 600 especies microbianas diferentes que colonizan los diferentes hábitats. El biofilm oral (placa bacteriana) es una compleja y organizada comunidad de microorganismos que pueden cooperar entre sí y que conducen a la creación de condiciones propicias para la supervivencia de las especies bacterianas más exigentes. Estas bacterias patógenas que se encuentran en el biofilm oral son responsables de la etiología de las dos principales enfermedades orales: caries y periodontitis. Además, el descuido de la higiene bucal puede llegar a causar, a la larga, la pérdida de los dientes.

LIMPIEZA BUCAL


El objetivo de una buena higiene bucal es eliminar el biofilm oral y sus efectos nocivos sobre dientes y encías. Las principales pautas que se deben seguir son:

  • Utilizar reveladores de placa. Éstos hacen que el biofilm oral sea más visible y, por tanto, facilitan el cepillado.
  • Limpiar los dientes a diario. El cepillado de los dientes se realiza para eliminar los restos que quedan en la boca tras las comidas, pero sobre todo para deshacerse de la placa dental bacteriana.  Debe realizarse al menos tres veces al día y puede requerir entre tres y cuatro minutos. 

Es necesario utilizar una correcta técnica de cepillado. Existen varias técnicas de cepillado, pero no hay una no existe una técnica de cepillado que sea adecuada para todos las personas, ya que ésta viene determinada por morfología de la dentición, destreza manual del paciente, etc. La técnica de cepillado recomendada es aquella que permite la eliminación del biofilm oral de una forma cómoda, en un tiempo adecuado y sin causar ningún tipo de lesión en los tejidos.

La técnica que resaltamos es la Técnica de Bass ya que ésta permite eliminar las bacterias que se encuentran en el margen gingival, causantes de las enfermedades de las encías. Esta técnica consiste en inclinar el cepillo 45º grados entre diente y encía, de manera que los filamentos estén en contacto con el margen encía-diente y abarquen dos o tres dientes. Conviene hacer movimientos muy pequeños de vibración o circulares con el mango sin presión y sin que los filamentos se lleguen a desplazar de su posición en la encía. En los dientes anteriores, por la cara lingual, se debe realizar con el cepillo colocado verticalmente. 

Al elegir nuestro cepillo es mejor que el tamaño del cabezal no sea muy grande y que los filamentos sean medios o suaves, para adaptarse mejor a la anatomía dental y no ser abrasivos. El cepillo se debe cambiar aproximadamente cada 2-4 meses, esto dependerá de su desgaste. Un cepillo desgastado no realiza una adecuada eliminación de biofilm oral, además puede lastimar las encías. Si usamos un cepillo eléctrico debemos recordar que ya tiene movimiento y que, por lo tanto, tenemos que ir cambiando de superficie muy lentamente e, incluso, podemos imitar una técnica de cepillado convencional, si el cabezal lo permite.

Para limpiar entre los dientes (espacios interproximales), utilizaremos las sedas o cintas dentales o, si los espacios son amplios, cepillos interproximales de diferentes tamaños. Es muy importante limpiar estas zonas al menos una vez al día, ya que representan un 40% de las superficies dentales. Por lo tanto, si no usamos la seda dental o los cepillos interproximales, estamos dejando sin limpiar casi la mitad de la boca. 

  • Realizar la limpieza lingual. Existen limpiadores o raspadores linguales especiales que facilitan este trabajo. Se debe limpiar la lengua con un movimiento desde atrás hacia delante para arrastrar los restos de comida, células descamadas, mucosidades, bacterias, etc.
  • Utilizar irrigadores bucales. La aplicación directa de un chorro de agua o colutorio bucal ayuda a la eliminación de las bacterias depositadas en los dientes, las encías y los lugares de difícil acceso.
  • Realizar enjuagues bucales (de uso diario o específicos según las necesidades), ayudan a conseguir una higiene bucal completa, reducir eficazmente el biofilm oral y proporcionar el máximo frescor.
  • Controlar el consumo de alimentos azucarados. Lo ideal es evitar comerlos pero, si se consumen, es importante lavarse después los dientes.
  • Acudir regularmente al dentista. Es aconsejable visitar al dentista para que realice una revisión de la boca por lo menos 1-2 veces al año, así como una limpieza profesional. 
 
STETIDENT BOADILLA.

¿Qué es un Tratamiento de Endodoncia?



¿Qué es un tratamiento de conductos radiculares?
Es el tratamiento que consiste en la extracción de la pulpa del diente, un tejido pequeño en forma de hebra que se encuentra en el centro del conducto del diente. Una vez que la pulpa muerta se enferma o es dañada, se extrae; el espacio que queda se limpia, se vuelve a dar forma y se rellena. Este procedimiento sella el conducto radicular. Años atrás, los dientes con pulpas dañadas o enfermas se extraían. En la actualidad, el tratamiento de conducto salva dientes que de otro modo se hubieran perdido.
Las causas más comunes de daños o muerte de la pulpa son:
  • Dientes fracturados
  • Caries profundas
  • Lesiones, como golpes severos en la raíz (recientes o pasados)
Una vez que la pulpa está infectada o muerta; si no se trata, se crea un depósito de pus en la punta de la raíz y se forma un absceso por infección. Un absceso puede destruir el hueso circundante al diente y provocar dolor.

¿Cómo se realiza un tratamiento de conducto radicular?
El tratamiento consiste en varios pasos que se realizarán durante visitas sucesivas al dentista, según cada situación. Los pasos son los siguientes:
  • Primero, se realiza una perforación en la parte de atrás, en el caso de dientes anteriores; o en la corona, para molares o premolares.
  • Después de retirar la pulpa enferma (pulpectomía); se limpia, se agranda y se da forma a la cámara de la pulpa y a los conductos de la raíz para luego, proceder a rellenarlos.
  • En el caso de tratamientos que demanden más de una visita, se restaura la abertura de la corona, en forma temporaria, para proteger al diente hasta la próxima consulta.
  • En la siguiente visita, se retira el material temporario y se procede a restaurar, en forma permanente, la cámara pulpar y el conducto radicular. El próximo paso consiste en insertar un material cónico de goma denominado gutapercha en cada uno de los conductos y sellarlo en el lugar con cemento. En algunas oportunidades se coloca una varilla plástica en el conducto a modo de soporte estructural.
  • El paso final es colocar una corona sobre el diente para devolverle su forma y aspecto natural. Este procedemiento se realiza en dientes permanentes, ya que en el caso de la dentición primaria, el conducto es llenado con un material reabsorbible.
¿Cuánto dura el diente así restaurado?
El o los dientes tratados y restaurados de este modo pueden durar toda la vida si se les cuida correctamente. Los dientes tratados pueden sufrir caries, en consecuencia, es esencial adoptar buenos hábitos de higiene bucal y acudir a exámenes odontológicos regulares para evitar problemas futuros.
Como estos dientes tratados ya no tienen la pulpa que los mantenía vivos, se vuelven quebradizos y son más propensos a la fractura. Esto es importante para decidir colocar una corona en lugar de obturar el diente después del tratamiento del conductos.
Para determinar el éxito o fracaso del tratamiento radicular, el método más confiable es comparar las nuevas radiografías con las tomadas antes del tratamiento. Esta comparación establecerá si la pérdida de hueso continúa o si el hueso se está regenerando.
PulpDamage PulpRemoval Filled
Pulpa dental dañada por una caries profunda.Se extrae la pulpa y se limpian los conductos radiculares antes de rellenarlos.La cámara se rellena y se sella

jueves, 14 de noviembre de 2013

SALUD BUCODENTAL

En España el 70% de la población tiene caries a los 15 años y es una enfermedad

prácticamente universal a partir de esta edad. Además, el 45% tiene signos de

enfermedad periodontal a los 15 años y, a partir de los 35 años, este porcentaje


es superior al 80% (Encuesta de Salud Oral en España. Año 2000).



Además de su elevada frecuencia, las enfermedades orales tienen un gran impacto en

las personas que las padecen en términos de dolor, malestar, limitaciones en la

alimentación, restricciones en la comunicación e insatisfacción estética. Por otra parte,

los problemas dentales son caros para las personas a título individual y para la

comunidad, ocupando el tercer lugar en relación con el coste del tratamiento entre

todas las enfermedades. Este coste es superado solamente por el producido por las

enfermedades cardiovasculares y las enfermedades mentales.

Las enfermedades bucodentales se inician en la infancia, siendo la caries una de



las enfermedades mas frecuentes en la niñez. Así, en la Comunidad Valenciana, más

del 30% de los niños/as tienen caries a los 6 años de edad, fundamentalmente en

dientes de leche y, a los 15-16 años de edad, el porcentaje de niños/as con caries en

dientes permanentes asciende al 69,3%.

En la edad escolar, los dientes son más vulnerables a la acción de la caries. Los



dientes, cuando erupcionan, tienen un esmalte inmaduro que se irá consolidando en

los 2 o 3 años siguientes y en este periodo son más susceptibles a la caries. Los

dientes permanentes van erupcionando entre los 6 y los 12-14 años de edad (salvo los

cordales o “muelas del juicio” que aparecen a partir de los 17 años). Por ello, en este

periodo es fundamental establecer hábitos saludables de alimentación e higiene,

vigilar estrechamente la salud oral y aplicar medidas preventivas en caso de riesgo de

caries como el sellado o la aplicación del flúor en lesiones incipientes para evitar el

establecimiento y la progresión de esta enfermedad.

La vigilancia de la salud oral en los escolares permite también detectar y corregir

problemas de higiene oral en la infancia que pueden provocar la inflamación de encías

y evolucionar a fases más avanzadas de enfermedad periodontal.

La Promoción de la Salud Bucodental en la edad escolar tiene un gran valor para la

conservación de la boca y los dientes durante toda la vida de la persona. Con medidas

sencillas y baratas adoptadas desde la etapa infantil, se puede prevenir la aparición de

las principales enfermedades bucodentales, como la caries y la enfermedad

periodontal. La contribución de las intervenciones de promoción de la salud en el aula

a la disminución de los factores de riesgo para la salud ha sido ampliamente

evidenciada.

La eficiencia de estas actuaciones en los centros docentes se optimiza cuando forman

parte de la programación general anual (PGA) y de los proyectos educativos de los

centros docentes, abarcan la coordinación de los centros docentes con los centros

sanitarios, y se realizan de forma continuada en el tiempo. Los resultados de diversos

estudios realizados evidencian que es adecuada una asignación de tiempo de 30-40
 
horas anuales dedicadas a la salud en exclusiva en el aula1.



Los factores de riesgo orales son comunes a otras enfermedades, por lo que los

beneficios de intervenir en la alimentación y en la higiene oral se extienden a la

prevención de otras enfermedades como la obesidad, enfermedades cardiovasculares,

etc., siendo por tanto intervenciones altamente eficaces.
 
En síntesis, la promoción de la salud bucodental en la edad escolar contribuye

significativamente a disminuir la aparición de caries y enfermedades

periodontales, siendo para ello clave la Educación para la Salud (EpS) y la

aplicación de medidas preventivas de probada eficacia como el cepillado dental

y el flúor.
 
 

STETIDENT BOADILLA